Día 7 (Stavanger - Estocolmo)


El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
Pues nosotros no. El séptimo día nos levantamos tarde, bueno, tarde... A las 8:00, aunque mi madre se levantó antes y bajó a desayunar. Como siempre, el bufet muy rico, salmón, ensaladas, embutido, queso... Además, no sé si os lo había dicho, pero en este hotel te hacen huevos fritos y bacon al instante si se los pides, así que huevos recién hechos al canto.
Después de desayunar, subimos a la habitación y nos pusimos a hacer las maletas, que hoy nos íbamos a Estocolmo (¡cambio de país!) y una vez tuvimos la habitación recogida y las maletas hechas, las dejamos en el hotel y nos fuimos a dar una vuelta por Stavanger, la última...

Fuimos a la oficina de turismo para preguntar a qué hora y de dónde salía el autobús que va a al aeropuerto de Stavanger, que es una ciudad pequeña, tiene unos 110.000 habitantes, pero tiene aeropuerto.
Luego fuimos a dar una vuelta por el pueblo, donde nos encontramos unos puestos de frutas y compramos unas frambuesas recién pescadas en el puerto, perdón, huerto de al lado que a mí no me gustaron nada, pero a mi madre y mi hermano sí parecieron gustarles. Seguimos caminando por los puestecillos y llegamos a la zona de camisetas, gorros, imanes, sombreros, guantes y de más artículos típicos de mercadillos. (No confundir con top manta).
Seguimos caminando y llegamos hasta una tienda que está DENTRO de un barco. Sí, sí, dentro, que te metías ahí y como era un barquito chiquitito (que no sabía, que no sabía, que no sabía navegar) pues aquello se zarandeaba que te ibas de una lado al otro de la tienda/barco sin control. La verdad es que había cosas chulas y tal, me compré ahí un collar que es un barco vikingo y otras cosillas...
Había allí aparcado, en un puerto pequeño como es el de Stavanger (
http://sture.abcblogg.no/images/stavanger_1144770893.jpg) un barco enorme, gigantesco, del que por supuesto he sacado varias fotos. que se llamaba queen mary 2. Era un barco superlativo, más alto que mi casa, que son 7 pisos... 


Volvimos por los puestos del minimercadillo y se había levantado un viento que parecía que en cualquier momento todos los toldos de los puestos iban a salir volando hacia todas direcciones...
Seguimos dando un paseo por las calles de la ciudad bastante normal, sin nada que contar.

Ya llegamos al hotel, pero está cerrada la puerta. Nosotros ya habíamos entregado la llave, solamente dejamos las maletas allí para no ir cargados con ellas. Así que teníamos que llamar a un timbre para que nos abrieran. Pues llamamos. Nadie baja. Llamamos otra vez. Nadie baja. Llama mi madre. Nadie baja. Al final subimos por las escaleras a buscarles para que nos abran la puerta de la recepción y la de las maletas. Encontramos a la chica, nos abrió la puerta y nos marchamos a la estación de autobuses, dársena 2.

Allí cogemos el Flybussen, autocar que va desde Stavanger al aeropuerto, que pilla un poco lejos de la ciudad. Una vez allí, preguntamos a una chica de norwegian airlines (la compañía que operaba nuestro vuelo) cómo hacer las tarjetas de embarque y el check-in (facturar las maletas si no sabéis inglés). Resulta que esa compañía pone unas máquinas donde tú escribes el número de reserva de billete y te imprime todas las tarjetas de embarque de esa reserva. Luego vas a un mostrador y entregas tu maleta como si nada y a relajarse.



Nos dimos una vuelta por el aeropuerto a ver qué había... Y había lo que en todos los aeropuertos, es decir, cafeterías, tiendas, tiendas y cafeterías. Nos comimos la última salchichota de Noruega, en el 7eleven del aeropuerto de Stavanger, y mi hermano se comió un bocatagambas.

Ya después pasamos los controles de seguridad, saca el portátil, guárdalo, quítate la chaqueta, póntela, vacía tus bolsillos, llénalos... Ese rollo de siempre...

El vuelo consta de dos vuelos (irónico eh). Éste es el primero de ellos, Stavanger - Oslo (Gardermoen). El vuelo dura solamente 45 minutos, pero cuando llegamos a Oslo (Gardermoen es el nombre del aeropuerto, que es el grande de Oslo). La maleta iba directamente de un avión a otro, así que solamente tuvimos que bajar de un avión, recorrer la terminal del aeropuerto de un lado al otro, esperar a que se fuera un avión que estaba en nuestra puerta de embarque y montar en el otro avión, el que iba de Oslo a Estocolmo (Arlanda).

Otro vuelo de 45 minutos. Casi tardamos más en llegar de Stavanger al aeropuerto en bus que en ir de Stavanger a Oslo o de Oslo a Estocolmo. Llegamos a Estocolmo a las 18:00, nada más salir del avión llegamos a las cintas, recogemos la maleta facturada y vamos a buscar cómo llegar a Estocolmo ciudad.

Montamos en un tren que se llamaba Arlanda Express y en 20 minutos nos plantamos en la ciudad. Estocolmo es una ciudad muy grande (vale yo vivo en Valladolid, a mí todas las ciudades me parecen grandes...) tiene casi 2 millones de habitantes, pero las casas son muy bajas, y está muy expandida. El casco antiguo está en una isla pequeña en el río (o mar, que uno ya ni sabe...)

Llegamos al hotel y nos dan las llaves de la habitación y tal. Bueno, he de decir que ayer en Preikestolen iba con pantalones cortos y camiseta de manga corta, y hoy me he levantado y me picaba todo. De hecho me desperté varias veces por la noche porque me picaba todo el cuerpo. Pues cuando llegamos al hotel de Estocolmo, que por cierto no está nada mal (excepto porque la ventana solamente se abre unos centímetros), decidí que iba a contar cuantas picaduras tenía. Me hice unas fotos de los granos y tal y me puse a ello. Pensad un número.

Nooooooo, más. 144 picaduras tengo entre brazos, piernas, cara y cuello. Y me pica todo. TODO. Es insufrible totalmente, una mierda.

Hemos dejado las maletas, nos hemos comido unos bocadillos que hicimos hace un par de días y nos hemos ido a buscar el Hard Rock Café, que está cerca de nuestro hotel. Llegamos a la tienda a por una camiseta y tal (un encargo y otra para mí) y nos dice el chaval que no tiene tallas, solo XXL y S. Poker face extrema... ¿Para qué las venden si no las tienen? En fin...



Fuimos hacia el río/mar dando un paseo y viendo las calles de la ciudad, que al final es lo más bonito y entretenido, hablando y eso... Compramos unas cosas en una tienda, entre ellas lo que voy a llevar puesto durante las rogativas y la fiesta de bourbaki (esto también es para los matemáticos), que por si alguien aún no lo sabe soy el nuevo profeta :D

Ya después de comprar eso volvimos al hotel dando un paseo largo, que además estaba refrescando, y ahora aquí estoy, escribiendo estoy mi madre y mi hermano dormidos ya. Estuve un rato hablando con Camila, que por cierto, la echo mucho de menos, y ahora acabo de escribir estas líneas para deciros que me voy a dormir.

Ah! se me olvidaba, entrad en este blog que es muy muy entretenido, es de un amigo mío, que sigue el mío y le estoy haciendo publicidad gratis. http://laughisallyouneed.blogspot.com

Ahora ya sñi que me marcho, mañana os contaré qué tal en Estocolmo de día. Que sepáis que aquí amanece a las 4:30 am.


Hasta luega!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Preparativos

Día 4 (Más negro que el sobaco de un grillo)

Día 9 (El retorno)