Día 5 (Bergen - Stavanger)

**PINCHAD EN LOS ENLACES, QUE SIGO SABIENDO QUE ALGUNOS NO PINCHÁIS**

Bueno bueno bueno... Anoche teníamos un hotel muy bonito en la calle más importante de fiesta de Bergen, pero no lo supimos hasta que se hizo de noche ayer, que se llenó la calle de gente y empezaron a gritar, como buenos borrachos, claro está.

A pesar de ello dormimos muy bien y esta mañana nos hemos despertado a las 6:50 de la mañana, pero el autobús no salía hasta las 9, así que cuando he preguntado a mi madre qué hora era y me ha dicho que eran las 7:05 he dicho: "Hasta mañana" y a dormir. Ya medio en sueños oigo a mi madre decir: "Bueno, vale dormid un rato más..." Ya a las 7:30 nos hemos levantado de verdad, hemos recogido las cosas de la habitación y nos hemos marchado del hotel. Hemos hecho el check-out en el hotel (echar la tarjeta/llave en un bote de tarjetas/llaves muy hortera).
Total, que nos plantamos en la estación de autobuses un poco más pronto de la hora a la que salía el autocar, así que nos vamos a la estación de trenes a dar una vuelta y caen unos chocolates de máquina de estos que abrasan al salir, que te escaldas la lengua y tu madre te dice que si no será mejor esperar, pero tú sigues ahí, hasta que sangre... Ya a eso de las 8:30 volvemos a la estación de autobuses, con la esperanza de que haya un WiFi gratis que nos amenice la espera (como aquí hay WiFi en todas partes...) Nos llevamos una gran decepción al comprobar que allí hay dos redes gratuitas pero con contraseñas y usuarios, así que nada...

Ya a las 8:50 llega el autocar al que creemos que tenemos que subir, así que nos aproximamos por la normal (esto es un chiste para matemáticos, los que no seáis de mates ni lo intentéis entender) al conductor y nos dice que efectivamente es ahí. Metemos las maletas en el maletero y nos subimos al bus. Son las 9:05 y el autobús sale con destino Stavanger.
Se nos enciende la bombilla en el autocar y se nos ocure pensar que puede ser que tengamos la gran suerte de que haya WiFi gratis en el autocar. Comprobamos y así es, hay WiFi gratis en el autocar, así que se nos ha hecho más ameno el viaje. Mi madre y mi hermano han aprovechado para leer el blog, que mi madre no había leído más que cuatro palabras, mi hermano sí que lo lleva al día, en los innumerables WiFi gratis que encontramos aquí.

Ha sido muy extraño, porque íbamos por la carretera con el autocar cuando de repente el conductor habla por el micrófono y dice que vamos a parar que hay que coger un ferry y no sé qué. Se nos baja el estómago a los pies y se nos ponen los huevillos en la garganta. ¿Un ferry? ¡Pero si nosotros íbamos en el autocar hasta la otra estación! Al final resulta que ni se abren las puertas del autocar, viene un ferry enorme, gigantesco, desmesurado, más grande que un yogur de Lidl y el autobús se mete, ENTERO, y nosotros con la boca en los pies, parecía que nos comía el tío tragaldabas (esto es solamente para la gente de Valladolid). Y nada, tiramos unas cuantas fotos del barco y tal y ya está, pasamos un buen cacho de mar y el autocar sale otra vez del barco y seguimos. Por supuesto, en el barco había WiFi gratis también, y un restaurante, y baños, y y y... Había muchas cosas.

Ya seguimos por la carretera del atlántico, la más impresionante de Europa (adjunto fotografía increíble) http://www.visitnorway.com/ImageVault/Images/id_1912/conversionFormat_13/scope_0/ImageVaultHandler.aspx La verdad es que me sabe mal, pero nos hemos dormido mi hermano y yo todo el camino hasta que nos hemos tenido que cambiar de asiento porque necesitaban un asiento de bebé, que estaba justo detrás del asiento de mi hermano, una movida del copón. En un momento dado, hemos cogido otro ferry, igual que el anterior. Un dato curioso es que la carretera E39 de Noruega, la que cogíamos nosotros hoy, incluía los dos ferrys que pillamos, es decir, estábamos en el barco y eso era la carretera E39.

Al final, desde las 9:00 que salimos de Bergen, llegamos a Stavanger a las 14:00. Hemos ido al hotel, que es un Bed&Breakfast muy majo, no tiene ascensor, el WiFi va a pedos (me está costando la vida escribir esto ahora...), pero tiene encanto, y además, todos los días a las 21:00 sirven gofres gratis a todos los huéspedes, que no está nada mal.

Dejamos las maletas tras un poco de papeleo y tal, porque aún no tenían la habitación lista, porque no era la hora del check-in etc etc... Nos hemos ido a dar un paseo por el puerto, rodeando toda la ciudad de Stavanger, que tiene unas casitas como las que hay en Bergen pero menos torcidas http://enlamaleta.es/files/2008/04/stavanger.JPG
Luego hemos ido a la catedral (domkirke en el español de aquí) y a la oficina de turismo a por folletos y que nos explicaran cómo ir al púlpito (Preikestolen), la foto esa que hay al principio, ese pedruscazo que hay ahí en mitad del fiordo y que se ve tan bonito. Lo malo es que a nosotros nos va  a llover, pero bueno...

Hemos ido a coger un bus, el 29, que va a unas espadas muy raras y muy altas que hay a las afueras de Stavanger, pero según llegábamos a la parada se marchaba el autobús, que jode un montón. pero más jode mirar el horario y descubrir que tarda una hora en volver a pasar. Así que decidimos volver al hotel a hacer el check-in, que ya era la hora, a eso de las 16:00. Preguntamos en recepción si había algún supermercado cerca del hotel, pero no hay nada, y además es domingo... Fuimos en busca de algo, pero todo lo que hay abierto hoy son tiendas de 24 horas y comercios de chinos...

Más tarde fuimos ya otra vez a coger el bus 29, el de las espadas http://farm2.static.flickr.com/1057/1168672253_7bb6a9cd74.jpg Llegamos al sitio, que nos indicó el conductor, y hay esas 3 espadas y nada más, un tío bañándose en el agua, que tenía que estar fresquita como poco, porque en la calle había 13ºC, no te digo más...
Como la cosa era cosa de 5 minutos, nos hicimos unas fotos y volvemos a la parada de autobús, donde descubrimos que hay que esperar otra hora para coger el bus de vuelta, así que mi amdre decide que nos sobran huevos para hacer la ruta del autobús al revés 15 veces sin saber dónde estamos. Y nos lanzamos a caminar por el carril bici siguiendo la ruta contraria al bus (intentándolo) mi hermano y yo muriendo de cansancio, deshidratación, incluso hacía calor en ese rato. Hay que decir que Stavanger se ha portado bastante bien, porque no ha llovido en todo el día nada más que unas gotas a ratos.

Cuando al fin llegamos a la civilización de nuevo, vamos al subway, cadena de restaurantes de comida rápida (bocadillos) que no existe en España y está muy bueno todo. Me he comprado dos latas nuevas en una tienda de las que no cierran nunca, coca cola de vainilla y dr pepper cherry. El Dr. pepper está muuuuy malo, la cocacola sabe bien, pero lo importante es que tengo dos latas más.

Ahora me voy a la cama que mañana vamos a preikestolen y hay que madrugar.

Hasta luega!

Comentarios

  1. has ido a Noruega para coger muchas latas, verdad?

    ResponderEliminar
  2. Señor Mario!! Los chistes de ingenieros no los deben copiar los matemáticos (si, va por lo de la normal!), y el subway existe en España, hay unos pocos eh? Lo q ocurre es q España no es only Pucelandia! Jajaaj

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Día 4 (Más negro que el sobaco de un grillo)

El primer día (ya estamos en la carretera)

Preparativos